domingo, 25 de febrero de 2007

SANTOS PATRONOS

SAN SEBASTIÁN MÁRTIR

Sebastián el Mártir, era Capitán de las guardias pretorianas, acompañaba a otros mártires en sus tormentos y sufrimientos, y recogía sus restos después de muertos. En medio de batallas e insurrecciones Maximiliano Hércules ordenaba a Sebastián todos esos suplicios. Pero cierta vez en su ausencia Sebastián fue denunciado al Príncipe Diocleciano de Roma.

Este le reprocho de haber sido ingrato a sus beneficios y haber atraído la ira de los dioses contra su imperio. Irritado Diocleciano mando que Sebastián fuera despojado de su cargo y flechado por los arqueros que servían al Príncipe.

Diocleciano hizo colocar en el cuello del Mártir un rotulo con la inscripción de que había sufrido aquel tormento porque era cristiano. Sebastián fue abandonado atado a un árbol por creerle muerto. Irene su viuda vino a enterrarlo y lo encontró vivo, llevándolo a su casa, donde recobró su salud.

Diocleciano lo encontró y furioso hizo conducir al Mártir al hipódromo, donde murió apaleado. Después los verdugos arrojaron su cuerpo a una cloaca, pues temía que los cristianos, sabiendo el lugar donde estaba, le rindieran honores por medio de los milagros para convertirse en fieles de cristo. Pero Diocleciano permitió que Sebastián hablare con una mujer llamada Lucina, a la cual revelo donde estaba y como había quedado suspendido sin caer al lugar infecto.

Ordenó se le sepultara en las Catacumbas a los pies de los Apóstoles Pedro y Pablo. La virtuosa mujer cumplió todo lo que había mandado y por 30 días continuos hizo oración en la tumba del Mártir. Después convirtió su casa en una Iglesia y dejo todos sus bienes al servicio divino.

San Sebastián fue muy venerado luego y se propagó su devoción en casi toda Europa a principio del siglo séptimo.

HISTORIA DE LA MILAGROSA IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA DE LA MISERICORDIA Y CARIDAD

La ciudad de San Sebastián de los Reyes quedo definitivamente asentada en el sitio que ocupa el ano de 1676.

En ese entonces uno de sus moradores con el rango de Alcalde de la Santa Hermandad vivía en su casa de campo situada en el sitio de El Chaparral cercano al lugar donde un siglo después se levanto el pueblo de San Juan de los Morros. Este señor se llamaba Luís Jiménez de Rojas y tenia con gran veneración el cuadrito de madera con la Imagen de la Virgen de la Misericordia y Caridad que probablemente habría traído de España.

Sucedió que un día la casa de Jiménez de Rojas fue pasto de un voraz incendio que la destruyo totalmente; pero cuando los vecinos fueron a remover los escombros descubrieron admirados como el cuadrito de la Virgen permanecía intacto y con su lamparita de aceite encendida como si nada hubiera pasado.

La noticia del suceso milagroso se extendió rápidamente por toda la comarca y eran muchos los peregrinos que acudían a visitarla y a darle gracias por los favores recibidos; por lo que el Obispo de Caracas y Venezuela Dr. Diego de Baños y Sotomayor, informado de lo acontecido, decidió que la sagrada reliquia fuera trasladada al templo de San Sebastián, lo que se llevo en efecto con gran solemnidad el día martes 22 de enero de 1692, gestionándose de inmediato la fundación de su Cofradía y quedo legalmente constituida al ano siguiente, la cual se ocupo de levantarle Templo propio.

La nota que relata la solemnidad del traslado dice: "En el día la levantaron en sus hombros desde dicho sitio los señores Alcaldes y Regidores en aquel tiempo de esta ciudad y los señores Curas, Sacristán Mayor, Tenientes Curas y gran concurso de ambos sexos, con Cruz Alta, cirios y faroles, capas y ornamentos sagrados, música, fuegos artificiales y públicos regocijos, fueron a encontrarla hasta el paso de Las Garrapatas.

Allí se le canto solemnemente la salve, se continuaron himnos, letanías y preces y fiesta, por todo el camino se derramaron muchísimas lagrimas de gozo y demás afectos espirituales, llegando a la Parroquia con alegría, fuegos y repiques de campanas se canto la Salve muy solemne y velo noche y día por un novenario, celebrándose fiesta en cada día y venerándola todos públicamente en dicha Parroquia".

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